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miércoles, 20 de octubre de 2021

Jornada de Lengua y Literatura 2021 Nuestros Alumnos Escriben Ficción

Biblioteca Secundaria 49

Jornada de Lengua y Literatura 14 de octubre de 2021


Literatura e Ilustración


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Eucalium, y el legendario León Blanco


Autor: Gustavo Quiróz

Participo en los Juegos Bonaerenses 2020 en la categoría Cuento, con mención



Hace ya mucho tiempo, en un país lejano existió un rey llamado Eucalium, era conocido en todo el mundo por sus hazañas junto al ejército de la tierra de Eucalios, pero un día todo cambió; se desató un enorme caos, en solo un abrir y cerrar de ojos todo su reino se desmoronó por completo, el magnífico rey cayó en una trampa.


Mientras se dirigía a su palacio, solo con dos escoltas, fue tomado como prisionero de guerra por su rival, el rey de la tierra de Scaríleon, quien pretendía llevarlo a su reino, para luego condenarlo a muerte. Mientras ambos reyes se enfrentaban en una cruenta batalla, repentinamente, una tormenta de arena comenzó a formarse por el oeste, lo cual los obligó a buscar refugio lo más pronto posible.


Eucalium, lastimado por los golpes que recibió al tratar de luchar por su libertad, percibió que alguien más los acechaba; no alcanzó a dar media vuelta, para escapar de los Scarileos, cuando noto que se aproximaba una magnífica figura, brillante como la luz.  Inmediatamente cayó al suelo inconsciente, vencido por el cansancio y las heridas; en ese momento la tormenta arrasó con todos los enemigos, incluyendo caballos, armas, y también sus propios escoltas.


Todos fueron arrastrados con la tormenta, menos Eucalium, quien al estar desvanecido y caer al suelo, quedó sepultado en una pequeña montaña de grava.  Mientras permanecía moribundo, ahogándose en la arena, escucho una voz que lo llamaba por su nombre, una y otra vez. Despertó en lo que parecía ser una cueva, miró hacia afuera y observó que la tormenta arrasó sin piedad a todo lo que se le cruzo por delante. De pronto, del otro lado de la cueva lo cegó una luz, casi tan brillante como el sol, se quedó sin aliento y rompió en llanto; no era un llanto de tristeza, sino de emoción y admiración, porque se encontraba ante el legendario León Blanco, creación del sol y la luna según antiguos relatos de su tierra, y al cual   se lo creía muerto desde hacía varios siglos. Sin embargo comprobó, con asombro, que había sido él quien lo llevó a esa cueva y con su magia sanó su cuerpo lastimado.


Luego de tranquilizarse, el león le dijo: 

- Escúchame, te he elegido. He estado esperando todo este tiempo a que vinieras a mí,

desde que llegaste a este mundo. 

Eucalium no sabía de dónde venía esa voz hasta que visualizó la silueta del león, y además se dio cuenta que podía leer sus pensamientos. Quedó paralizado por un momento mientras digería lo que estaba sucediendo, en tanto la tormenta de arena se desvanecía.


El león le revelo a Eucalium un secreto desconocido, el valeroso rey había nacido bajo la influencia del cometa Calicum, por lo que portaba la magia otorgada por los dioses antiguos que le daban habilidades sobrehumanas. Entonces el León Blanco le propuso entrenar para derrotar a Átom, dios de la destrucción, y así poder lograr que su reino renaciera nuevamente.


Al pasar las semanas Eucalium veía como sus poderes iban incrementándose, tanto física como mentalmente.  Descubrió que podía leer la mente, manipular el tiempo, ejercer una fuerza descomunal, y muchas habilidades más. 

Pasaron ocho meses y el león puso a prueba los poderes de Eucalium, retandolo a una pelea. Se conectaban un golpe tras otro, y así la pelea duró tres días y tres noches, los dos quedaron totalmente agotados. Finalmente, Eucalium decretó que ambos quedaban empatados.  Luego los dos decidieron ir a la montaña del eclipse infinito, donde moraba el dios de la destrucción. Pasaron por lugares que daban horror pues estaban infestados de monstruos y demonios. Luego de esa travesía llegaron a un bosque silente, lleno de criaturas mágicas como hadas y duendes, donde su líder les concedió todos los registros sobre Átom. 


Al salir de allí fueron emboscados por demonios asesinos de élite, enviados por Átom, lucharon incansablemente hasta destruirlos a todos. Siguieron viaje, y por fin, luego de una semana de caminata llegaron al pie de la montaña, pero como era de noche, acamparon en una cueva secreta. Mientras Eucalium dormía, Átom se le apareció en sueños, intentando convencerlo de ponerse en contra del León Blanco. Eucalium se despertó agitado, se le cerró la garganta y no podía respirar, por lo que tuvo que calmarse para recobrar el aliento; el León estaba vigilando por un costado de la cueva todos los movimientos, cuando lo escucho levantarse, le dijo: 

- Calma, estás consciente, ya no puede lastimarte.


Al amanecer, subieron la montaña por un camino abandonado, llegaron a la cima y se encontraron con un gran castillo. Eucalium usó sus poderes para destruir el portón de aceroque, al caer, dejó ver un gran ejército de monstruos y demonios dispuestos a atacar.

Entonces, el León le dijo: 

- Yo me encargo de estos, tú ve en busca de Átom.

Eucalium dio un salto sobre ese inmenso ejército, cayó dentro del castillo, y se trenzó en una fuerte batalla a muerte contra Átom. Luchó con todas sus fuerzas para derrotarlo, pero fue en vano, luego de una larga lucha cayó al suelo casi sin vida. En ese instante el León entró al castillo y vio a Eucalium en el suelo, concentró todo su poder y lo fusiono con el alma del valiente rey, pero antes de desaparecer le dijo: 

- No me iré, sino que estaré contigo para siempre, querido amigo;

Eucalium, llorando, le sonrió por última vez al león, poniéndose de pie nuevamente.

 Átom, por su parte percibió el poder que emana de Eucalium y se dio cuenta de que este era su fin, si no lo mataba primero, así que intentó clavar su lanza envenenada en el cuerpo de su rival, pero este la esquivó. Eucalium golpeó a su enemigo, hasta que comenzó a agrietarse poco a poco, y con un golpe final, lo derrotó.


 De inmediato inició el viaje de regreso a su tierra. Al llegar, vio pasar súbitamente por el cielo nocturno, el cometa bajo el cual había nacido, y entonces se acordó del poder que había adquirido, gracias a su maestro, el legendario León Blanco; allí se le ocurrió una magnifica idea, y uso al cometa como amplificador para revivir a su tierra y su reino, antes devastado. Se concentró, y entró en un estado de letargo; al romper el alba, logró despertar, su tierra y su reino estaban como antes, de aquel fatídico día.

 El rey se dirigió a su palacio, allí estaba toda su familia que había renacido, al igual que todo lo destruido por aquella voraz tormenta. A partir de ese día, su reino se extendió vasta y prósperamente y Eucalium gobernó hasta el fin de su existencia.  



FIN.



Ilustraciones del texto
Autora: Rocío Berge















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